¿Dices eso todos los días? ¿O será que solo lo desprecias?  Ya sabes, el típico de: hago como que trabajo, porque hacen como que me pagan…  ¿De verdad?

Te invito a considerar la posibilidad de que tu trabajo si te gusta. Si, ya sé que hay cosas que no estés disfrutando, por ejemplo, la grilla de la oficina, el tener que lidiar con el tráfico por tres horas, o el nivel de estrés durante el día.  ¿Te gustaría recuperar el placer de tu trabajo?

Te propongo cinco pasos para que disfrutes tanto lo que haces, que se te borrará la línea de estrés que te preocupa cuando te miras en el espejo. Seguro ya estás pensando “Esta loca, no sabe lo horrible que es MI trabajo.” Pero, ya que estás leyendo esto, ¿por qué no lo intentas?

  1. Empieza a reconocer las cosas que sí te gustan de tu trabajo. Y no tiene que ser algo grande. ¿Te gusta la luz de tu oficina? ¿te cae bien alguien que trabaje contigo? ¿Tienes algún proyecto que te emociona? ¿Te da dinero para salir con los cuates el fin? Para descubrirlo pregunta: ¿Qué es lo que me atrajo a trabajar aquí? ¿Qué disfruto de venir cada día?
  2. Cuando estés haciendo algo que te gusta en el trabajo, pregunta: ¿Cómo puedo tener más de esto?Considera tu trabajo como una serie de actividades.  Hay algunas más divertidas que otras. Busca más de esas que realmente disfrutas.
  3. Si hay algo que no soportas hacer, pregunta ¿Qué puedo cambiar aquí para que esto sea más disfrutable?Si odias hacer reportes de gastos, o archivar, busca qué puede mejorar esa actividad. Puedes archivar al ritmo de tu música favorita, y hacer reportes de gastos al aire libre con un café. Aumentando tu nivel general de gozo, las actividades se hacen mucho más leves.
  4. Examina lo que crees que no disfrutas, y tal vez te des cuenta de que esas actividades no están dentro de lo que la gente considera “disfrutable”. Date cuenta si en realidad a ti te molestan, o en realidad, sólo estás siguiendo a la corriente.Para esto puedes preguntar: Si no hubiera decidido que esto es terrible/aburrido/alucinante (o cualquier otra cosa), ¿qué más sería posible?
  5. Si, aunque lo odies.  Encuentra tres cosas que agradecer cada día. Y ojo, que sean distintas todos los días, eso sí, no tienen que ser positivas…puedes agradecer la carga de adrenalina por los gritos de tu jefe. Lo que empieza a suceder es que empiezas a enfocarte en cosas distintas de lo que te molesta (Si, confieso, es el viejo truco de “no pienses en un coche amarillo”).

Date oportunidad de un mes, usando estos pasos, y estate atento a los cambios que vayas viendo. Apúntalos cuando te des cuenta, y después de un mes, lee todo. Te sorprenderás de lo que se puede lograr haciendo preguntas en un corto plazo.

Por cierto, estos pasos funcionan tanto para el trabajo como para otras áreas de tu vida.   ¿Te atreves a disfrutar de todo en tu vida?