Las celebraciones normalmente implican gastos adicionales a los que normalmente tenemos considerados. Ya sabes, todo lo que tiene que ver con comidas y regalos de cuando vas a ver a las personas.

Y si bien, ahora con el tema del distanciamiento social las cosas están cambiando, siempre hay una reunión a la que asistir, aunque sea con tus amigos íntimos o tu familia cercana.  ¿Qué tal si en lugar de hacer lo que siempre hacías, puedes hacer algo totalmente distinto, que te pondrá a cargo de tu dinero? Prueba, ¡no tienes nada que perder!

  1. Cuando la gente empiece a quejarse del dinero (o de cualquier otra cosa), ¡no te unas! No importa qué tan complicado creas que es el tema, no te quejes. Mejor agradece lo que sí tienes (y ni siquiera tienes que agradecer en voz alta). Tu mente tiene el trabajo de encontrar todo lo que te da la razón para demostrar cuánta razón tienes con lo que piensas. Si te encanta solucionar problemas, ¿adivina qué va a encontrar? Sí, MÁS problemas. Entonces, empieza a agradecer cada vez que recibas dinero, regalos, etc., y cuando las cosas no vayan como crees que deberían, hazte esta pregunta: Si no creyera que esto es un problema, ¿qué opciones tengo aquí hoy? Cuestionarse esto, le quita la etiqueta de problema, y eso a su vez, le quita la importancia que le das a las cosas, y cuando no son importantes, puedes usar tu creatividad mejor.
  2. Sé consciente de tu dinero. Escribe absolutamente todo lo que cuesta crear y vivir tu vida. Cuando estás al pendiente de algo, le das tu energía y eso permite que pueda cambiar y crecer. Normalmente, cuando pensamos que algo es demasiado complicado, tratamos de ignorarlo, imaginando que va a desaparecer si no lidiamos con eso, pero la verdad, es que el monstruo en el closet parece más grande de lo que es cuando está en las sombras. Cuando tengas bien claro qué tienes y qué no, tal vez descubras que tu problema no es tal, o que puedes solucionarlo en poco tiempo con acciones concretas.
  3. Cambia lo que crees. Muchas veces elegimos no tener dinero por las creencias que tenemos. Si en tu casa te enseñaron que el dinero es la fuente de todo mal, y tú no quieres ser malo, ¿pues qué mejor garantía de ser bueno que no tener dinero? Escribe las diez cosas que crees que es el dinero y pregúntate para cada una: ¿es verdad? Si hay un solo ejemplo en contra, no es verdad, solo es algo que crees. También: ¿de quién aprendí esto? ¿será que solo crees que es así porque así lo hacían en tu casa o así es en tu país? Y si es aprendido, ¡se puede desaprender!
  4. No esperes. Pensamos que estamos muy ocupados para lidiar con nuestro dinero. Pero funciona un poco como la ropa sucia. Si no lavas seguido, pronto ya no tienes ropa que ponerte. ¿Qué puedes hacer hoy para cambiar tu situación? No tiene que ser algo monumental. Puede ser el elegir no gastar todo, sino comenzar a guardar algo para tener dinero. Puede ser cambiar algo que hasta ahora creías que es la “forma de ser” en tu familia, o en tu cultura. ¿Qué tal si te atreves a salir de esa incómoda zona de confort, y entras en el espacio extraño de ser el primero que conoces que elige tener dinero en vez de deudas?
  5. Ponte a ti primero. Cuidar de ti es una de las mejores inversiones que puedes hacer. Posponer el cuidado o la atención a tu cuerpo para cuando tengas dinero es un sistema de perder los pesos para cuidar los centavos. El recibir el dinero incluye el usar tu cuerpo, y tienes que tener manos aptas para recibirlo cuando llegue.

Nos han enseñado que las celebraciones son para pensar en los demás, que debemos usar el dinero para hacer a los demás felices. Y ¿qué tal si la verdad es que la mejor manera de crear felicidad en el mundo es mediante el ejemplo?