Después está el ideal del cuerpo como la imagen retocada que vemos por todos lados, en las revistas, la TV, las películas y el internet. No es un cuerpo real; se le alteró para verse perfecto, pero eso no importa. Eso es lo que se considera como bello. Es el ideal utópico.
Si piensas que el cuerpo ideal se tiene que ver de cierta manera, te ves obligado a juzgar tu cuerpo. Comparas tu cuerpo con el ideal. ¿Te da esto alguna elección para con tu cuerpo? ¿Esas imágenes idealizadas te apoyan para estar en comunicación y unidad con tu cuerpo? ¿O te separan de éste y te invitan e incitan a juzgarlo sin parar? Un ideal te separa de lo que es real y te lleva a juzgarlo en función de tu constructo.
Y mientras juzgas, tu cuerpo se va convirtiendo en aquello que juzgas, ya sea en viejo, gordo, feo o en lo que sea que hayas juzgado.
Gary Douglas, Más allá de los ideales utópicos.