¿Cuánto nos tratan de convencer todos los días en todos los medios que la manera de existir en este mundo es comprando cosas fabulosas (o no tanto) bajo la promesa de que tu vida será mucho mejor después de tenerlas?

Hoy te quiero hablar de cómo evitar terminar en la bancarrota cuando te enfrentas a una oportunidad irresistible para comprar o hacer algo increíble que está fuera de tus planes (ya sé, tú nunca encuentras ofertas imperdibles cuando vas al centro comercial a sacar dinero, ni crees que la venta nocturna es la última oportunidad para comprarte el “ese” increíble que hay justo del color que quieres y que has deseado por meses, ni está tan buena la parranda que tu invitas la siguiente botella. Este artículo es para los demás mortales).

Normalmente, ante estas tentaciones, usamos el efectivo o la tarjeta de crédito para saciar esa “necesidad” que hasta hace un minuto no sabíamos que teníamos, o nos “consentimos” porque nos lo “merecemos”.

¿Y si te digo que lo que más te demuestra que te amas y te consientes podría ser no comprártelo? Si, ya sé, no tienes fuerza de voluntad, pero lo que sí tienes es elección. ¿Quieres consentirte de verdad? Elige lo que va con tu mejor interés.  ¿Cómo? Te doy 5 consejos para hacerlo:

  1. Espera dos días.Sí, ya se, la talla se va a acabar, el color, la forma, la oferta.  A menos que sea algo de vital importancia para tu subsistencia, (o sea, comida, medicina, agua) todo puede esperar dos días. Esta espera te permite darte cuenta si en realidad es el momento de comprar.  Con esta espera puedes percibir la respuesta a la pregunta ¿Es ahora el momento de usar mi dinero en esta compra?
  2. Pregúntate: ¿Cómo va a ser mi vida si lo compro? ¿Cómo va a ser mi vida si no lo compro? Y hablo de tu vida, no de tu noche de estreno. Incluye el día que llega el estado de cuenta de la tarjeta, el día que tienes que pagar la renta, y los ahorros que quitaste de ese viaje que llevas planeando por meses. Y date cuenta de qué se siente más rico, si comprar eso ahora, o todo tu futuro.
  3. ¿Es un gasto o una inversión? Se gasta dinero (en la definición del diccionario de destruir, deteriorar, consumir) cuando lo usas en cosas que no tienen valor. Si lo que compras va a contribuir a tu vida, se convierten en una inversión.Elige cosas y experiencias que te hagan disfrutar, que aumentan su valor, y/o que te enseñen algo.
  4. Crea un fondo de “compras extraordinarias” y sólo usa ese dinero para este fin. Esto te evitará crear deudas o arriesgar tu flujo financiero por “darte un gustito”.
  5. Sé honesto contigo mismo. Todas las preguntas anteriores sólo funcionan si eres brutalmente honesto contigo.No confundas deseo con inversión. Si sabes cómo se siente la resaca de las compras, compárala con la emoción que imaginas que tendrás de esta compra. ¿Sigue siendo tan emocionante?

Si no necesitas una cosa o una experiencia, entonces la única razón para usar tu dinero en eso, es porque lo eliges.  Por mucho que tu emoción te jale, te empuje y sientas que casi te fuerza a gastar, la elección de crear tu vida es sólo tuya.  ¿Y si puedes existir sin comprar por impulso? ¿Y si empiezas a elegir crear una vida con libertad financiera desde hoy?