¿Cuántas veces aparecen grandes ideas en tu cabeza, y las mantienes ahí y nunca las pones en práctica por el miedo a perder o a fallar? El miedo es una gran fuerza que mueve al mundo, mira cuántos negocios están basados en él, desde las aseguradoras y los sistemas de alarma hasta los bancos (sí, te endeudas ¡por miedo a “perderte” la barata!).
Nos han entrenado para enfocarnos en el peor escenario posible y esto nos paraliza de tal forma que dejamos de lado las posibilidades de crear lo que deseamos. Hoy te doy algunas preguntas a prueba de miedo, para usar la próxima vez que te enfrentes a un proyecto que te cause miedo en algún aspecto de tu vida. No me creas, úsalas y pruébame que estoy equivocada.
- ¿Y si el miedo ni siquiera es tuyo? Nos encanta pensar que estamos solos, pero no estamos tan separados de los demás como nos gustaría estar. ¿Recuerdas cuando eras pequeño y sabías, apenas cruzar la puerta que había bronca en casa? Esos son nuestros sistemas receptores de las emociones, pensamientos y sentimientos de los demás. Y la emisión del miedo es tan potente que alerta a todo nuestro sistema. Además, nosotros también emitimos todo el tiempo a todos los que nos rodean, y alimentamos esta gran red con la gente a nuestro alrededor. La propuesta que te tengo es: Cuando percibas algo que parece miedo, haz preguntas. Tal vez te lleves una sorpresa. Pregunta: ¿Este miedo es realmente mío o de alguien más? Y mira que sucede.
- ¿Y si ni siquiera es miedo? Ve a un lugar tranquilo y pregúntate si es miedo, entusiasmo o anticipación (créeme, se sienten iguales, ¿recuerdas el primer beso?). Cuando estamos haciendo cosas geniales, muchas veces tenemos un flujo de adrenalina que se parece mucho a cuando has sentido miedo, y no es tan obvio el diferenciarlos. En vez de comprarte a la primera que seguro es miedo, haz esta pregunta, tal vez algo cambie. Si todo sigue igual, pregunta: si no creyera que esto que siento es miedo, ¿qué más puedo elegir aquí? Enfócate en algo que puedes hacer, aunque sea algo pequeño, y hazlo. Cambia de aire un rato y vuelve a considerar lo que “te da miedo”.
- ¿Y si sólo es requieres más información? Algunas veces, aparecen las dudas porque no tenemos toda la información o porque hay algo en el proyecto o la idea que se parece a algo que hemos hecho en el pasado y que no necesariamente salió como esperábamos. Verifica si tienes toda la información y sabes que se requiere de ti, también pregúntate si conoces a alguien que sepa del tema y que te pueda dar mayor claridad antes de elegir.
- ¿Y si sólo es que amas el último minuto? Muchas veces, tenemos instalado un sistema de “último minuto” que aprendimos en la escuela. Dejamos las cosas al final, con el pretexto de los nervios, y cuando estamos a punto de no hacerlo, sacamos las cosas como sean antes de la fecha límite. El miedo al fracaso se convierte en el disparador del fracaso, y creamos más estrés y más complicaciones en nuestra vida. En este caso, engaña a tu cerebro. Crea una fecha límite anterior a la “verdadera” y ponla en tu calendario. Esto te dará tiempo para revisar y crear antes de entrar en pánico.
- ¿Y si perder no es opción? Nos han enseñado a que tenemos saber por adelantado el objetivo, la meta y el resultado esperado antes de hacer algo, y que debes dedicarte en cuerpo y alma a eso. ¿Y si solo empiezas? ¿Qué pasaría si empiezas aunque no tengas todo claro, y te mantienes haciendo preguntas cada vez que lo requieras? Si te encantan los negocios, aprende de negocios en internet, en el centro de apoyo a pequeños empresarios de tu comunidad, o donde quieras, ¡y comienza! Usa la regla del 10% para empezar: Ocupa 10% de tu tiempo y de tu dinero al inicio y ve haciendo incrementos de 10% conforme el proyecto tome forma. Esto te permite crear un sistema adaptable que puede ir creciendo contigo, y puede ser desmantelado si en el camino descubres que el proyecto no te emociona tanto como creías. Esto te da una posibilidad de aumentar y cambiar conforme se van abriendo posibilidades y elimina el estrés que causa el dejar todo lo que haces por una aventura nueva. ¿Qué tal que puedes tener varios proyectos al mismo tiempo, y unos alimentan a los otros?
- ¿Y si fallar no importa? Si no tienes que estar siempre en lo correcto, puedes ver tus proyectos como juegos. ¿Qué pasa si pierdes una mano de solitario en la computadora? Vuelves a iniciar. Los grandes inventores y empresarios tienen en común eso. Los “fracasos” se convierten en formas en las que el resultado no es el esperado. Toma nota, aprende y vuelve a iniciar. Cambia lo que se requiere cambiar y listo.
Hoy te reto a dejar de crear los “si tan sólo…” en tu vida, y crear tu vida tan sólo usando preguntas.
Me gustaría que me contaras si eliges aceptar el reto, pero creo que si lo haces estarás demasiado divertido creando para contarme.