Si alguna vez has estado en una relación por más de tres días, seguramente sabes que las parejas no necesariamente hacen lo que te gustaría que hicieran todo el tiempo. A veces tu pareja es maravillosa, divertida, sexy, genial… y a veces todo lo que hace es molesto y te dan ganas de cambiarla por otra.

Cuando pensamos en crear una relación siempre imaginamos una relación amable, cariñosa y nutritiva para ambos.  Y muchas veces las relaciones empiezan así, sin embargo, el trato diario nos lleva a veces a tirar la toalla (y a la pareja), y a empezar de nuevo (con otra persona, ¡por supuesto!)

La buena noticia: no tienes que cambiar de diablo para vivir en el mismo infierno.  Aquí algunos consejos efectivos para mejor salir del “infierno” y crear una relación que puedas gozar y disfrutar cambiando las telenovelas por una vida genial.  Aquí algunas situaciones que seguramente solo me suceden a mí, y lo que puedes hacer en cada una de ellas:

  1. Cuando falla la comunicación.

¿Sientes que cuando estás hablando con tu pareja es como hablar a la pared? Y entonces creas una historia que va más o menos así: “Seguro no le importo más, ¿cómo puede ignorarme? esto ya va a terminar.” Y sigues hasta donde te llegue la imaginación.

Hay estudios científicos que demuestran que  el total de la información que realmente escuchamos del total que recibimos es del 7%. Sí, leíste bien, el 7%. Y sí, nuestras parejas no nos están poniendo la atención que creemos merecer. Y es normal.  Y te tengo una noticia: Nosotros a ellos TAMPOCO.

¿Y si pudiéramos divertirnos con el hecho de que no nos escuchan? Imagina que no estuviera mal que tu pareja no te escucha como crees que te mereces. Si te das cuenta de que seguramente te escucha más del 7%, tal vez te das cuenta que eres más suertuda de lo que crees.

Cuando esperas algo de tu pareja o estés proyectando lo que quieres de ellos, puedes usar esta pregunta: ¿Y si no TUVIERAN que escucharte, qué podrías elegir? Y no, no se trata de subir el volumen, o de agarrar su cabeza para que no volteen la vista, mejor pregunta: “¿de verdad esta información es tan importante? ¿Y si no tuviera que tener razón? ¿qué pregunta le puedo hacer que crearía algo diferente?”

  1. Cuando reina el mal humor.

Muchas veces creemos que tenemos que arreglar a nuestra pareja, de mejorarla. Sabemos lo que está mal, y queremos mejorarlo “por su bien”. Lo malo es que… si queremos arreglarla, significa que consideramos que nosotros sabemos mejor que ella lo que le conviene. Y cuando está de mal humor, la tentación de arreglarla o ponerla de buenas es casi irresistible.  Te tengo una pregunta: ¿Cuánto te gusta a ti que te arreglen y te digan qué hacer? Si eres como yo, seguramente NADA.

Cuando tu pareja está de mal humor, hazle una pregunta como: ¿hay algo que pueda hacer por ti?” Si la respuesta es no, déjala sola. Dale espacio. No significa que te vayas. Mantente ahí, pero permíteles que sean y estén como desean estar en ese momento. Si piensas que tienes que hacer algo al respecto, SOLO RESPIRA y ponte en sus zapatos. ¿si fueras tú, te gustaría que te arreglaran?

Y lo más importante, sigue creando tu vida, esto es una gran inspiración para tu pareja. Si sigues estando feliz y bien, creando lo que te gusta, si sales a caminar y no te enredas en su drama y su enojo, no lo alimentas. Y si la dejas estar todo lo enojada que desea estar, le mandas el mensaje poderoso de que están bien aunque se sientan mal.

  1. Cuando algo no funciona.

Cuando decidimos que algo es un problema y que nosotros seguramente tenemos la razón, nuestra mente no tiene más remedio que darnos la razón y buscar indicios de que es así. Y entonces, todo lo que sucede se convierte en una prueba más de que tienes la razón (¡tan linda nuestra mente que quiere que estemos bien!)

Cuando hay alguna parte de tu relación que no te funciona, ¿qué puedes hacer? Muchas veces creemos que tenemos que hablar con el otro de nuestros sentimientos y de todo lo que no funciona, y tu pareja debe arreglarlo, o cambiar para complacerte. Y tratar de obligarlos no funciona. Lo que he descubierto es que la mejor manera de cambiar esto es hacer preguntas. No se trata de hacerle preguntas a tu pareja, sino a ti mismo, por ejemplo: Si esto no fuera un problema, ¿qué se requiere aquí? ¿qué es posible que no he considerado? ¿Cómo nos podemos divertir con esto?

  1. Cuando no encuentras la “pareja perfecta”.

Cuando conoces a una persona que te gusta, crees que tienes que ser la persona perfecta para ellos. Y en ese momento dejas de ser todo lo que esa persona puede considerar genial de ti. Empiezas a juzgarte respecto a todo, para poder ser material de “alma gemela” con cualquiera que hayas decidido que es “perfecto”.

Te tengo una noticia: la gente se siente atraída a ti por quien eres, no por quien empiezas a ser cuando decides cómo es “la pareja perfecta” que crees que ellos desean. Para evitar la tentación de convertirte en un camaleón (que por cierto es insostenible) puedes preguntarte algo como: “Si estuviera siendo yo, ¿qué haría aquí?”  “Si no tuviera que ser la “media naranja” de nadie, ¿qué sería divertido para mí?

Cuando te honras a ti y sabes qué deseas, puedes crear un espacio donde los demás pueden hacer lo mismo.  Si no estuvieras buscando al “único bueno”  ¿qué características te gustaría encontrar en tu pareja? Haz la lista de todo lo que quieres y también de lo que no quieres y después revísala: ¿es de verdad tu opinión, o es algo que te dijeron que tienes que querer? Borra lo que sabes que no te importa, y vuelve a hacerlo hasta que todo en la lista sea realmente lo que TÚ quieres, y entonces empieza a ver quién a tu alrededor tiene esas características.

Otra cosa importante, no tiene que ser una sola persona. No, no te estoy diciendo que seas polígamo, sino que no todo lo que requieres tiene que dártelo  tu pareja. ¿Cuánta gente en tu vida puede darte lo que estás buscando? Considera que puedes tener a alguien que te acompañe al cine,  alguien con quien ir de compras, alguien con quien tener sexo apasionado, y pueden ser tres personas diferentes, no una sola.  Yo tengo amigas con quienes amo ir de compras, y que por supuesto son mucho mejores que cualquier pareja en ese aspecto, y agradezco el gran regalo de que estén en mi vida. ¿cuáles son las personas que son tus regalos que no has siquiera visto porque no vienen en caballo blanco?

Las relaciones no son una meta de vida. Son una elección. ¿y si eliges ser de las personas que eligen gozar a su pareja en vez de crear una telenovela? La elección está en tus manos.